Para nuestro reportaje de boda, no tuvimos ninguna duda. Sergi Escrivà era el candidato perfecto, y motivos no nos faltaban: sus años de experiencia junto con su padre desde que era prácticamente un niño, consiguiendo ser el mejor fotógrafo de la zona y, hoy en día, ya independiente, ha llegado a la altura, me atrevo a decir, de los grandes fotógrafos internacionales. Gran profesional que conoce a la perfección su trabajo, se empeña a fondo en permanecer siempre a la última en las nuevas técnicas y tendencias, con una enorme sensibilidad, perfeccionista, sabedor de lo que hace y muy entregado.
Recibimos un trato fenomenal en las primeras tomas de contacto, se trasladó hasta Peñíscola meses antes de la boda para conocer el entorno en el que iba a tener lugar nuestra boda, aportó grandes ideas a nuestra wedding planner y nos transmitió la seguridad de que su trabajo iba a ser increíble! Y así fue! El día de la boda disfrutamos fotografiándonos! Con él todo era sencillo! A muchos de nuestros invitados les llamó muchísimo la atención verle correr de una lado a otro, perfectamente coordinado con sus ayudantes, sin perder detalle de cada gesto y lanzando un tiro seguro a cada disparo que hacía con su cámara. Es de agradecer tener a alguien así en un día tan importante, que sabes que va a plasmar cada instante y apenas sin darte cuenta de que lo tienes debajo de tus pies, arriba de un tejado, detrás de una rendija.... Jajajaj!!! Es un crack!!!
Tres meses después, volvimos al Castillo de Peñíscola para el reportaje de exteriores. Fue maravilloso compartir esa tarde con él y sus equipo. Vaya despliegue de medios y vaya gustazo posar para una persona con tanto talento!! Para recordar!
El resultado? No podía haber sido mejor!! Cada vez que abrimos nuestro álbum, volvemos a vivir el día de nuestra boda. Además de la calidad de las fotografías, de la impecable maquetación, de lo especial de cada imagen, de los sentimientos capturados (cosa nada sencilla), consigue crear una historia con todo ello.
Mereció muchísimo la pena! Y les estamos muy agradecidos por la gran labor y el gran trabajo que hicieron.
Una vez pasado todo, hay una cosa que tengo muy clara: el día de tu boda es uno del más memorables de tu vida y cada elemento es importantísimo para llevar a cabo un buen recuerdo pero, al final, aunque todo queda guardado en el corazón, el vestido queda en un armario, las flores desaparecen, la comida también, la música se la lleva el viento... Y lo único que queda vivo es tu álbum de fotos. Por eso es vital saber elegir un buen fotógrafo, porque va a ser el responsable del único recuerdo palpable y con vida de ese día que nunca olvidarás...